LA ACTIVIDAD INVESTIGADORA DEL GRUPO DE LA EPOC GENERA UNA TESIS DOCTORAL
El pasado 21 de septiembre el Dr. Roberto Garrastazu defendió, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, la tesis doctoral que lleva por título ‘Factores predictivos de morbimortalidad al año en pacientes con EPOC’. La dirección de la tesis correspondió a los doctores Miguel Santibáñez y Javier Llorca, pertenecientes ambos a la Universidad de Cantabria.
El doctorando explicó los pormenores de la investigación llevada a cabo por el grupo de trabajo de la EPOC vinculado a la Asociación Cántabra de Investigación en Aparato Respiratorio (ACINAR), compuesto por él mismo, Mario Ruiz-Núñez, José Manuel Helguera, Sandra Arenal, Cristina Bonnardeux y Carlos León. El trabajo de investigación desarrollado por este grupo de profesionales de la Atención Primaria tuvo como objetivo fundamental encontrar factores asociados al riesgo de presentar agudizaciones y al riesgo de fallecimiento en los pacientes con EPOC. Se trata del primer trabajo exhaustivo que se lleva a cabo en Cantabria a este respecto, y ayudará a conocer aspectos clave en la evolución de la patología respiratoria crónica más habitual y que provoca más años de sufrimiento y deterioro en la calidad de vida en la población. Fundamentalmente relacionada con el tabaquismo, en palabras del Dr. Garrastazu, ‘el gran problema al que nos enfrentamos los profesionales de la salud, es que la población que la sufre desconoce que la padece. Según estudios recientes, el porcentaje de ‘casos no diagnosticados’ llega al 73%. Eso quiere decir, que en una Comunidad como Cantabria aproximadamente 27.500 personas tienen EPOC sin saberlo’.
Entre los resultados obtenidos destaca el hecho de que la vacunación antigripal durante la campaña del estudio(2011-2012), tuvo un nivel de efectividad cercano al 49% en los pacientes con EPOC en Cantabria. Quiere decir que si se hubieran vacunado todos los pacientes con EPOC en la Comunidad, en esa campaña, se hubieran evitado la mitad de ingresos hospitalarios por agudización a consecuencia de la gripe. La vacuna fue más eficaz en los grupos de pacientes con enfermedad más avanzada. Sin embargo, en éstos fue donde se consiguió una menor cobertura vacunal (en torno al 52%). Una ‘cifra muy mejorable y una asignatura pendiente’, según la valoración del Dr. Garrastazu.
Los resultados generados por el estudio se irán publicando en distintas revistas nacionales e internacionales